fbpx

CONOCE NUESTRA ESCUELA DE YOGA ONLINE.

Practica Yoga desde casa con el contenido exclusivo de clases y meditaciones.

El Yoga en mi vida.


 

En mi vida siempre ha existido el Yoga.
Hoy abro mi corazón y mis recuerdos para explicarte sobre mi relación con esta disciplina.

 

Desde bien pequeña hacia gimnasia artística y sabía bien lo que era hacer tablas de ejercicios muy parecidos a las asanas de yoga, con lo que uno de mis juegos favoritos era coger los libros de yoga de mi madre e inventarme coreografías de gimnasia con asanas.
Las asanas (posturas) que salían en las revistas, libros y láminas que ella estudiaba con tal de mejorar su salud física, mental, emocional y espiritual.
Mis favoritas eran aquellas láminas y tomos de Ramiro Calle de los años 90, que se vendían semanal o mensualmente por 295 pesetas cada uno y que las/los yoguis de la época coleccionaban con gran devoción. ¡Todavía las disfruto!

Preparaba clases de yoga enlazando postura a postura con 5 años, las cuales después instruía y explicaba a varios muñecos que atendían muy serios y sentados en fila encima de mi cama.
Como no tenía hermana en aquellos años hablaba y hablaba sin parar sobre como hacer los ejercicios a mis peluches, enloqueciéndolos.

Mi perro Murphy era mi alumno más aventajado, el cual era mi ejemplo hacia los demás de como debían moverse.
Movía sus patas, lo movía yo mas bien, hasta que harto de girar, rotar, torsionarse, voltearse y extenderse, me mordía suavemente y salía corriendo. ¡Santa paciencia!.

Desde pequeña iba a los retiros de yoga con mi madre y a algunas de las clases de yoga que ella recibía, atendiendo seria y sin moverme un ápice, como lo hacían mis muñecos.
Aprendía rápido y veloz para después enseñarle a ellos todo lo aprendido y de paso perfeccionar mis ejercicios de gimnasia artística que daban buenos frutos en cada exhibición.

 

Foto con mi hermosa madre.

 

Pasaban los años y el Yoga seguía estando en mi vida. Había temporadas que lo dejaba estar por unos meses para volver a retomarlo después, por las exigencias de los campeonatos y el colegio, hasta que en la etapa de la adolescencia a mujer lo retomé con fuerzas y a diario.
El yoga, con sus técnicas seguían esperando después de los meses y años, fieles y pacientes a que volviera a retomarlas.

En mi familia siempre se ha sufrido de ansiedad y depresión, haciendo eco en mí tirando de transgeneracional. Pero yo por más que estudiara farmacia, sabía que los fármacos, no eran para mi.

¡Benditos pranayamas (técnicas respiratorias)!, ¡Bendito sentir el Aquí y Ahora! que me han acompañado tantas veces en las paradas del metro de Barcelona, haciéndome interiorizar y descubrir en mí que todo está bien si tan solo vivo el presente, que solo existe el presente y que éste guarda un gran tesoro que es RESPIRAR que sirve de ancla a este instante que vives.

Con el tiempo, estas sencillas técnicas que tanto me repetía siendo pequeña en el colegio y en la adolescencia, muchas de ellas dándole un enfoque personal, han ayudado y acompañado incluso en forma de audio a tantas personas como yo jamás pude imaginar en aquellos momentos.

 

Siempre he practicado Hatha Yoga siendo yoguini y profesora hasta que conocí Kundalini Yoga. Que lo había leído cientos de veces en libros de mi madre y a ella contarme una historia que marcó para siempre su existencia.

Siempre llegan las anclas cuando las necesitas y Kundalini Yoga llegó justo cuando necesitaba un cambio en mi vida.

Lo que no sabía era que me esperaban unos meses de despertarme a las 4 de la mañana lúcida y mágicamente conectada como para escribir la trilogía del hobbit.

A través de trabajar con kundalini yoga se activaron en mí capacidades sutiles dignas de un despertar poco común si lo comparaba desde mi mente «reptiliana comparativa» con otros yogas.

Kundalini Yoga desde el primer día me pareció un yoga: – totalmente físico.
Recuerdo que esta fue mi frase al concluir la primera clase de kundalini yoga que recibí y acto seguido escuchar una rotunda negación de los compañeros y maestro de aquel día, al cual respondí:
– ¿No? ¿cómo que no? si he acabado ¡Exhausta!.

 

Lo que no sabía era que mediante los movimientos de asanas de kundalini yoga se activaba todo un sistema energético interno lleno de ramificaciones.

 

Con el tiempo descubrí la mezcla perfecta, la química o alquímia divina y prodigiosa de la tecnología de Kundalini Yoga.

Te explico en que consiste Kundalini Yoga en el siguiente post.

 

Sat Nam.

Marta Millán       Akal Ravi Kaur.